Actualmente, la mayoría de la
población conoce los múltiples beneficios sociales y educativos que puede
ofrecernos la red de Internet tanto para nosotros como para nuestros hijos. Sin
embargo, no podemos dejar de lado que, al igual que en otras muchas facetas de
la vida, también podemos encontrar multitud de riesgos de los que debemos
prevenir y proteger.
¿Cuáles son los verdaderos
riesgos de la red de Internet en la edad infantil?
Estudios demuestran que cuatro de
cada diez padres ignoran qué hacen sus hijos cuando entran en Internet. Antes
de ponernos a buscar soluciones a la prevención, es necesario que comprendamos
los posibles riesgos que conlleva el uso de Internet.
En la mayoría de los casos, los
menores que se conectan a Internet buscan ocio virtual o digital como pueden
ser los chats, los juegos y las descargas de música pero que puede convertirse
en un reclamo para los más pequeños. Las nuevas tecnologías de la información han
creado algunos hábitos tanto en la infancia como en la adolescencia, niños y
jóvenes que navegan sin una supervisión por el espacio virtual.
Algunos de los riesgos que pueden
encontrar estos menores en la red pueden ser, en primer lugar, el acceso de
forma voluntaria o involuntaria a contenidos e información inadecuada para su edad
como pueden ser la pornografía, pedofilia, las drogas, los juegos de azar,
violencia, armas, etc.
En segundo lugar, la gran mayoría
de los pedófilos utilizan la red de Internet para contactar con estos jóvenes y
establecer relaciones personales haciéndose pasar por niños de su edad, con
intereses y aficiones similares que pueden atraerles y ganarse su confianza.
También destacar que otro de los
problemas es la divulgación de información personal. Muchos padres no dejan que
sus hijos ofrezcan información personal en Internet y más de la mitad de los
menores son conscientes de este hecho. Sin embargo, un porcentaje algo de
jóvenes entre los 8 y los 18 años que utilizan Internet reconocen ofrecer parte
de su información como su nombre completo, su edad, su dirección, etc.
Además, estos menores pueden ser
víctimas de diversos chantajes, abusos o fraudes como por ejemplo el conseguir información
por medio de imágenes que comprometan a los menores y chantajearlo, ya sea de
manera económica o con otros fines, por medio de amenazas de publicación de
esta información.
Por último, otro problema no
menos importante es la adicción a Internet, lo que puede traducirse en un
fracaso escolar notoria, además de síntomas de ansiedad, sueño, inseguridad o
alteraciones del comportamiento.
Ante todos estos riesgos, algunas
soluciones que se pueden ofrecer rondan en torno a distintas ideas:
En primer lugar asegurar que los
menores adquieran un conocimiento de los beneficios de Internet y
concienciarles de los riesgos y las normas de uso adecuadas a la edad.
Además de esto, por parte de los
padres y los educadores, es necesaria la adquisición de un conocimiento
profundo sobre los riesgos a los que están expuestos los jóvenes y las reglas
que deben establecerse dependiendo de la edad del menor.
Por último, debe establecerse un
sistema de protección adecuado al menor, que le proteja contra todo tipo de
amenazas que pueden encontrarse en internet y que, a su vez garantice una navegación
útil y segura.