En la entrada de
esta semana me centraré en exponer algunos aspectos importantes sobre un
investigador italiano del campo de la ciencia política y especializado en el
estudio comparativo de la política. Evidentemente estamos hablando de Giovanni
Sartori, uno de los mayores protagonistas del debate político de la época
contemporánea, esencialmente sobre determinados problemas del sistema
democrático de la cultura occidental. Podemos destacar algunas obras de este
autor como pueden ser Teoría de la
Democracia, Homo Videns o La Sociedad
Multiétnica, aparte de recibir
el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en el año 2005.
Sartori planteó
que los sistemas de partidos deberían clasificarse según diferentes criterios,
además de introducir el término de partido relevante, afirma que la democracia
actual no corresponde con la base epistemológica del término.
Dentro de sus
muchas obras, me concentraré en reflexionar sobre su obra La Sociedad Multiétnica, la cual nos invita, desde su percepción
personal y moral, a la reflexión sobre distintos argumentos en base a la
realidad actual. Giovanni Sartori pone de manifiesto algunos temas como el
¿Hasta donde pueden aceptar los países europeos la invasión de inmigrantes
extranjeros con distintas culturas, costumbres, que pueden ser un riesgo para
el país receptor?
Según nuestro
autor, los dirigentes de nuestro país responden a esta pregunta bien manteniendo
que la integración puede basarse simplemente en la nacionalización de los
ciudadanos, bien propiciando que los ciudadanos inmigrantes se conciencien de
su utilidad para el país que los recibe. Sin embargo, Sartori considera que
estas afirmaciones son falsas o incluso superficiales ya que, por un lado, el
conceder la ciudadanía a los inmigrantes no favorece que cambien de forma de
pensar de algunas culturas y, por otro lado, la utilidad de los ciudadanos
inmigrantes es relativa, ya que no todos son igualmente útiles dentro del país
que los acoge.
Sartori
considera que la convivencia con el inmigrante no es un hecho fácil ya que
siempre aparecen diferentes situaciones en las que el individuo defiende su
propia cultura, sensaciones de miedo e incluso rechazo. A lo largo de esta
obra, nuestro autor considera el pluralismo ya que, al ser simplemente
tolerante, no supone un refuerzo sino que debilita las identidades de las
culturas que acoge, se encuentra abierto y se enriquece. Por otro lado, el multiculturalismo
presenta un carácter diferente ya que promueve la creación de identidades más
reforzadas.
En definitiva, Giovanni
no es ajeno al dilema que plantea la confrontación entre culturas, a la
necesidad de la búsqueda de cauces que lleguen al entendimiento. Los humanos
nos definimos como tal por nuestra identidad, por su riqueza y su interacción
con la realidad y la diversidad de las culturas con las que nos relacionamos;
esto implica que debe basarse en la tolerancia recíproca o mutua entre
culturas, la cual propicia unas condiciones mínimas para que se produzca un
equilibrio en la comunidad humana.
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